Scarlett Johansson y Roman Griffin protagonizan el filme de Taika Waititi, nominado a los Óscar, que se estrena el 17 de enero

 

Las repeticiones martilleantes del sagrado saludo fascista de la Alemania nazi que Jojo grita hasta la saciedad (Heil Hitler! Heil Hitler! Heil Hitler!), para perfeccionarlo en presencia de su amigo imaginario — la mismísima figura de Adolf Hitler — dan inicio a una comedia satírica que parodia las atrocidades que se cometieron en la época de los entrenamientos de las Juventudes Hitlerianas contadas desde la mirada infantil de un niño de diez años, Jojo Betzler (Roman Griffin Davis). «Juro dedicar toda mi fuerza al servicio de nuestro país, amo a Hitler y estoy dispuesto a dar mi vida por él», dice en la primera secuencia de la nueva película de Disney, antes de que de comienzo un fin de semana de training que ya intuye será intenso.

La pregunta que le lanza Adolf -uno de los personajes centrales de la cinta- esclarece aún más los indicios premonitorios de escenas posteriores: «¿cómo es tu alma?». Jojo responde sin dudar: «un alma alemana». «Sí, ya estás listo» concluye el führer. Un sinfín de variados despropósitos dejarán paso a situaciones cómicas, caricaturas de la propia esencia del filme: «¿tú puedes matar?» preguntan a los niños hitlerianos en la academia. «Por supuesto. Me encanta matar», contesta Jojo demostrando orgullosamente que es un ferviente nacionalista del régimen totalitario alemán.

Ambientada en un campamento de la Alemania nazi, la sátira sobre un joven que tiene como amigo imaginario a Hitler es una subversiva alegoría cómica contra el odio que cuenta con Scarlett Johansson como una de las protagonistas junto al director de la cinta: el inclasificable Taika Waititi (Thor: Ragnarok, Hunt for the Wilderpeople, Lo que hacemos en las sombras), que interpreta en tono satírico a Adolf Hitler. La última película del realizador neozelandés, que se estrenará en los cines españoles el próximo 17 de enero consiguió, con la crítica dividida, el codiciado Premio del Público en el Festival de Toronto 2019, un galardón que en los últimos años se ha convertido en una apuesta segura en las nominaciones a los Óscar. En el caso de Jojo Rabbit se cumplieron de nuevo las previsiones ya que el filme acaba de lograr seis candidaturas (mejor película, mejor actriz de reparto: Scarlett Johansson, mejor guion adaptado, mejor edición, mejor diseño de producción y mejor vestuario) en la edición número 92 de los premios de Hollywood cuya gala se celebrará el próximo 9 de febrero en el Teatro Dolby de Los Ángeles. En el entorno internacional, además, fue nominada a dos Globos de Oro: mejor película comedia y actor (Roman Griffin Davis) y también ha recibido cinco candidaturas para los premios Bafta.

Jojo Rabbit oscila entre la visión cómica y sentimental de una sociedad marcada por la intolerancia. Inspirándose en su ascendencia judía y en los prejuicios que marcaron su infancia, Waititi utiliza de manera audaz la comedia al servicio de una historia delicada para abordar el adoctrinamiento en la devoción ferviente a Hitler, las ideas tóxicas del antisemitismo y el peligro que suponen las creencias fanáticas del nacionalismo extremista. Con ello espera: «enganchar a nuevas generaciones: Es importante encontrar nuevas y originales formas de contar la espantosa historia de la Segunda Guerra Mundial».

Drama y comedia conviven en el filme entrelazados de manera convincente por el director, que aporta su estilo característico de humor mordaz para hacer recordar al espectador -en contenido, ya veremos si en alcance- grandes clásicos de corte histórico como la múltiple oscarizada cinta La vida es bella, de Roberto Benigni. Aunque el ritmo de la película fluctúa desde la intensidad del inicio y el final para decrecer en la parte central, la destacada interpretación del debutante Roman Griffin Davis junto a sus notables rasgos de tragicomedia hacen que consiga lo que pretende: capturar a la audiencia con la risa y las pequeñas dosis de drama. A veces agresiva, otras emotiva sin caer en el exceso, la película de Waititi ofrece una narración neutral, ante una historia tan controvertida como caricaturizada a lo largo del tiempo.

 

Sinopsis de una nueva sátira del nazismo

 

Las parodias a la cultura nazi del Tercer Reich ya comenzaron a reproducirse en los años 40 cuando todavía representaba una amenaza a escala mundial. Películas como El gran dictador, de Chaplin, Ser o no ser, de Lubitsch, Los productores, de Brooks, Esperanza y gloria, de John Boorman o la más reciente Malditos Bastardos, de Quentin Tarantino, ya llevaron al cine los entresijos de la Segunda Guerra Mundial con la Alemania nazi. En el caso de la última película de Waititi, aunque carezca de la profundidad de algunos de sus antecesores, logra plantear la crudeza de este momento histórico de una manera ocurrente: con su personalidad y estilo, «esto entrañaba más elementos fantásticos y humor -apunta- creando una especie de baile entre el drama y la sátira. Lo que más me gusta de la película es que, aunque trata cosas bastante duras, muchas de ellas se muestran en clave de humor y comedia».

La cinta, que se ajusta a la estela que siguen los héroes del cine para Waititi: Mel Brooks, Charlie Chaplin, Ernst Lubitsch y Stanley Kubrick, busca revivir temas inquietantes desde la paradoja: la fuerza moral de la parodia. Adaptación de la aclamada novela Caging Skies (El cielo enjaulado) de Christine Leunen, la historia transcurre en la población ficticia de Falkenheim. Mientras en este pueblo sometido al gobierno nazi el fin de la guerra se aproxima, la expectación de Jojo Betzler crece ya que logra unirse a las Hitlerjugend (Juventudes Hitlerianas).

Al ritmo de los acordes del hit de los Beatles I want to hold your hand, las siguientes secuencias presentan lo que será, supuestamente, el mejor fin de semana en la vida de Jojo, según barrunta entusiasmado junto a su inseparable amigo Yorki, interpretado por Archie Yates. Lejos de la realidad, se encuentran con un campamento donde reciben eufóricos junto a otros niños un adoctrinamiento basado en el odio que abarca desde el desprecio profundo a los judíos, el manejo de todo tipo de armas, la incineración de libros o el desnucamiento de animales. En el caso de Jojo a un conejo (de ahí su apodo) al que no es capaz de matar, víctima del miedo y el arrepentimiento. En contraposición más allá de retenerle le anima a escapar.

La comedia gira en torno a sendas tramas basadas en dos relaciones de amistad: la que se crea entre Jojo y una niña judía, (Elsa Korr a la que da vida la actriz neozelandesa Thomasin McKenzie) y la existente entre Jojo y su amigo imaginario: una aparición bufonesca de Hitler, quien, con las emociones propias de un niño le da consejos, tal vez los que le habría pedido a su padre ausente. Más tarde, cuando persigue a un supuesto fantasma en las paredes de su casa y descubre que su madre ha dado cobijo a una joven judía cambiarán, radicalmente, sus convicciones más profundas.

 

Jojo Rabbit

 

Dirección y guion: Taika Waititi
Intérpretes: Taika Waititi, Scarlett Johansson, Roman Griffin Davis, Thomasin McKenzie, Sam Rockwell, Rebel Wilson, Alfie Allen, Stephen Merchant, Archie Yates
Fotografía: Mihai Malaimare Jr.
Género: Comedia, sátira, nazismo
Duración: 108 min.
Productora: Coproducción Estados Unidos-Alemania; Fox Searchlight (The Walt Disney Company) / Defender Films / Piki Films / Czech Anglo Productions
Estreno EE.UU: 18 octubre 2019
Estreno España: 17 enero 2020
Preestreno: Festival de Toronto 2019

 

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